En Ibercenter tenemos años de experiencia en este tipo de comidas de empresa en Navidades, por eso hemos querido dejarte esta lista con las cosas que No debes hacer en una comida de empresa estas Navidades.
Las comidas de empresa navideñas son una tradición casi universal. Son ese curioso híbrido entre una reunión social y una extensión del trabajo, con un toque festivo. Sin embargo, a pesar de las luces brillantes y el espíritu navideño, este evento es un campo minado de posibles errores. Para que salgas de esta experiencia con tu reputación intacta (y hasta reforzada), aquí tienes una lista de cosas que NO debes hacer, acompañada de consejos prácticos y humor para suavizar el drama.
1. No ignores la importancia del espacio
La elección del lugar donde se celebrará la comida de empresa es fundamental. No te límites a aceptar cualquier opción, especialmente si estás en el equipo organizador. Un espacio demasiado pequeño o demasiado grande puede ser un desastre.
Si necesitas asesoría para decidir el espacio en Ibercenter te podemos ayudar, contamos con 3 centros ubicados en Azca, Gran Vía y Velázquez, en ellos tenemos distintas opciones de salas que podemos adaptar a tu necesidad, sobre todo si decides organizar un picoteo.
Si te decantas por una comida, intenta evitar que el restaurante este abarrotado ya que hará que todos estén incómodos.
Consejo: Elige un lugar que tenga espacio suficiente para que los asistentes puedan moverse con facilidad, pero que a la vez fomente la interacción. También asegúrate de que la acústica sea buena; un ambiente donde nadie se escuche hará que los grupos se aíslen. Además, verifica que el lugar tenga buena ventilación (y calefacción, si hace frío) para evitar que alguien sienta que está en una sauna navideña.
2. No subestimes el código de vestimenta
Las comidas de empresa tienen un problema peculiar: son «trabajo, pero no exactamente». Este limbo puede llevar a errores fatales, especialmente en el atuendo. Evita dos extremos: ir demasiado informal (no, tu suéter con renos no es gracioso) o demasiado formal (no necesitas un esmoquin a menos que lo indique la invitación).
Consejo: Opta por un estilo “smart casual” a menos que se especifique otra cosa. Si tienes dudas, pregunta. Y recuerda: lo que usas proyecta profesionalidad, incluso en un contexto festivo. No querrás ser recordado como “la persona del atuendo inapropiado”.
3. No llegues tarde (ni demasiado temprano)
La puntualidad es clave, pero también tiene sus matices. Llegar demasiado tarde demuestra desinterés y falta de respeto por la organización. Por otro lado, ser el primero en aparecer puede poner nervioso al anfitrión (especialmente si aún están terminando de arreglar las mesas).
Consejo: Apunta a llegar 10-15 minutos después de la hora señalada. Esto muestra que eres considerado, pero no ansioso.
4. No abuses del alcohol
Probablemente esta sea la regla de oro de las comidas de empresa. En estas ocasiones, el alcohol fluye con facilidad, y es tentador pensar: «¡Es Navidad, qué más da!». Sin embargo, hay una línea muy delgada entre ser el alma de la fiesta y convertirte en el chiste del próximo lunes.
Consejo: Establece un límite antes de empezar. Alterna entre bebidas alcohólicas y agua, y come algo antes de lanzarte al brindis. Si ves que alguien más se pasa de la raya, ayuda discretamente para evitar que arruinen la noche (y su carrera).
5. No hables solo de trabajo
Aunque es una comida de empresa, no olvides que el propósito también es socializar y disfrutar. Si solo hablas de proyectos, reportes y plazos, la velada puede volverse aburrida o incómoda para los demás.
Consejo: Busca un equilibrio. Habla de temas ligeros como planes para las fiestas, hobbies o películas recientes. Eso sí, evita polémicas: la política, la religión y los chismes de oficina no son temas adecuados.
6. No te sientes siempre con tus «amigos de siempre»
Es natural buscar a las personas con las que te sientes más cómodo, pero una comida de empresa es una oportunidad para ampliar tus conexiones dentro del equipo. Quedarte en tu zona de confort puede dar la impresión de que no te interesa interactuar con los demás.
Consejo: Cambia de asiento si es posible, o aprovecha los momentos previos para conversar con alguien nuevo. Puedes descubrir afinidades que no conocías y, quién sabe, incluso ganar un aliado en el trabajo.
7. No critiques la comida o la organización
Recuerda que alguien dedicó tiempo y esfuerzo a organizar el evento. Quejarte del menú, el lugar o la música es una actitud poco profesional y mal recibida.
Consejo: Si algo no está a tu gusto, guárdalo para ti. Es mejor ser agradecido y reconocer el trabajo de quienes se esforzaron. Si hay sugerencias reales que puedan mejorar futuras celebraciones, compártelas con delicadeza y en privado, no durante el evento.
8. No abuses de las redes sociales
La tentación de documentar cada instante de la comida es grande, pero piensa antes de publicar. Nadie quiere que una foto embarazosa acabe en redes sociales, y menos si compromete la imagen profesional de los asistentes.
Consejo: Antes de subir una foto, pregunta si los demás están de acuerdo. Y evita publicar contenido que pueda ser malinterpretado fuera de contexto. La discreción es clave.
¿Por cierto ya nos sigues en Redes Sociales?
9. No monopolices la atención
Es genial compartir anécdotas o participar activamente en la conversación, pero no te conviertas en la persona que acapara el micrófono (real o figurativamente). Esto puede incomodar a los demás, especialmente si interrumpes constantemente o hablas demasiado alto.
Consejo: Sé un buen oyente. Una conversación fluida y equilibrada deja mejores impresiones que un monólogo interminable.
10. No ignores las señales del final
Cada evento tiene un momento en el que comienza a decaer. Ignorar estas señales y prolongar tu estadía puede hacer que pases de ser un invitado agradable a uno incómodo.
Consejo: Cuando notes que la mayoría empieza a despedirse, sigue el flujo. Agradece al anfitrión, despídete educadamente y retírate antes de que el ambiente se torne extraño.
Reflexión final: El balance es la clave
En esencia, la comida de empresa es una oportunidad para estrechar lazos, mostrar tu lado humano y por supuesto disfrutar del espíritu navideño. Sin embargo, recuerda que sigue siendo una extensión del ámbito laboral. Mantén un comportamiento profesional, sé considerado con los demás y diviértete sin excesos.
Si sigues estos consejos estamos seguros que saldrás de la experiencia con tu dignidad intacta, una mejor relación con tus compañeros y quizás hasta un par de historias memorables (pero no comprometedoras).
¡A disfrutar de estas fiestas!